Por:
Mario Bunge (Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales 1982).
1.
Todo profesor tiene el derecho de buscar la verdad y el deber de enseñarla.
2.
Todo profesor tiene tanto el derecho como el deber de cuestionar cuanto le
interese, siempre que lo haga de manera racional.
3.
Todo profesor tiene el derecho de cometer errores y el deber de corregirlos si
los advierte.
4.
Todo profesor tiene el deber de denunciar la charlatanería, sea popular o
académica.
5.
Todo profesor tiene el deber de expresarse de la forma más clara posible.
6.
Todo profesor tiene el derecho de discutir cualesquiera opiniones heterodoxas
le interesen, siempre que esas opiniones sean discutibles racionalmente.
7.
Ningún profesor tiene el derecho de exponer como verdaderas opiniones que no
puede justificar, ya por la razón, ya por la experiencia.
8.
Nadie tiene el derecho de ejercer a sabiendas una industria académica.
9.
Todo cuerpo académico tiene el deber de adoptar y poner en práctica los
estándares más rigurosos que se conocen.
10.
Todo cuerpo académico tiene el deber de ser intolerante tanto a la anticultura
como a la cultura falsificada.
Este
texto lo he copiado de http://cratoscopio.blogspot.mx/
el blog de José Ramón López Rubí Calderón, mi maestro al que le debo varias y
variadas cosas, un buen amigo, conocido por algunos de ustedes en la charla que
dio en el colegio…
Adjunto
el comentario que le hacen a su entrada, pues me parece bueno.
“anticlimática dijo...
He's totally right. Todo eso vale
siempre y cuando su audiencia -el alumnado- asuma su derecho/obligación de
medir algunos de esos diez puntos. El profesor existe por y para los alumnos.
Son un contrapeso necesario.
Me
explico: un profesor puede aseverar que sus estándares de investigación son
científicos -quizá lo sean-, pero sus conclusiones ser equivocadas. Puesto que
el proceso fue adecuado, supondrá que las conclusiones son ciertas. Es un error
muy común. Ahí es cuando la audiencia debe recordarle el decálogo que citas y
llevarlo a verificar lo que sea que pudiera estar equivocado.
28 de octubre de 2011 16:28”
Creo
entonces que será necesario poner el blog de la chica, por aquello de las malas
confusiones, digo no…
http://apenasunahipotesis.blogspot.mx/
Tomando
como base estos puntos de M. Bunge, habrá que poner más atención a lo que dice,
después hacer una carta de los derechos y deberes del estudiante, cosa
necesaria para arrancar parejos en esto de la enseñanza, ¿no creen?
Quienes
no aceptan críticas están condenados a repetir constantemente los mismos
errores, errores que impedirán el largo camino del conocimiento.
Quienes
sólo se quejan no ayudan en nada a la mejora (en nuestro caso) educativa, a la
mejora (en todos casos) como humanos, como aquellos (presentes y futuros)
ciudadanos que deben servir por y para el conocimiento, por la verdad, por la
razón.
Por
y para ello, la buena educación…
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